Romanticismo
El Romanticismo
fue un movimiento cultural y político que se originó en Europa a
finales del siglo XVIII como una reacción al racionalismo de la
Ilustración y el Neoclasicismo, dándole importancia al sentimiento. Su
rasgo revolucionario es incuestionable. Su característica fundamental es
la ruptura con la tradición, con el orden y con la jerarquía de valores
culturales y sociales imperantes. La libertad auténtica es su búsqueda
constante, por eso es que su rasgo revolucionario es incuestionable.
Debido a que el romanticismo es una manera de sentir y concebir la
naturaleza, la vida y al hombre mismo es que se presenta de manera
distinta y particular en cada país donde se desarrolla; incluso dentro
de una misma nación se desarrollan distintas tendencias proyectándose
también en todas las artes.
Se desarrolló fundamentalmente en la primera mitad del siglo XIX,
extendiéndose desde Alemania a Inglaterra, Francia, Italia, España, Rusia, Polonia, Estados Unidos y las recién nacidas repúblicas hispanoamericanas. Posteriormente, se fragmentó o transformó en diversas corrientes, como el Parnasianismo, el Simbolismo, el Decadentismo o el Prerrafaelismo, subsumidas en la denominación general de Post-romanticismo, una derivación del cual fue el llamado Modernismo hispanoamericano y español. Tuvo fundamentales aportes en los campos de la literatura, el arte y la música.
Los
primeros cultivadores de esta tendencia fueron los cuatro arquitectos
‘revolucionarios’ que Peter Collins considera los verdaderos precursores
de la Arquitectura moderna:
John Soane (1753-1857):
Principal representante del ‘Clasicismo Romántico’ en Inglaterra. Su
estilo se inspira en la obra de Vanbrugh y Hawksmoor, de quienes heredó
el eclecticismo –o ‘indiferentismo’ estilístico-, la pasión por la
arqueología y la búsqueda deliberada de efectos escultóricos o
pictóricos, así como en sus contemporáneos Ledoux y Dance. Manifiesta un
gusto lúgubre por las paredes blancas, sin ventanas, y, como Piranesi,
por los sarcófagos.Etienne-Louis Boulle (1728-1799): Arquitecto
‘revolucionario’ por antonomasia. Despreció sistemáticamente a los
maestros de la Antigüedad ; desdeñaba limitar su imaginación a lo que
fuese construible y cómodo (de hecho, algunos de sus proyectos no
hubieran podido ser construidos con los materiales y técnicas de la
época). Construyó poco, y se dedicó principalmente a la enseñanza.
Claude-Nicholas Ledoux(1736-1806): Discípulo de Boullée. Efectos
teatrales con masas esféricas y cúbicas. Gusto por las paredes
blancas.Jean-Louis Durand (1760-1834):
Se desarrolló fundamentalmente en la primera mitad del siglo XIX,
extendiéndose desde Alemania a Inglaterra, Francia, Italia, España, Rusia, Polonia, Estados Unidos y las recién nacidas repúblicas hispanoamericanas. Posteriormente, se fragmentó o transformó en diversas corrientes, como el Parnasianismo, el Simbolismo, el Decadentismo o el Prerrafaelismo, subsumidas en la denominación general de Post-romanticismo, una derivación del cual fue el llamado Modernismo hispanoamericano y español. Tuvo fundamentales aportes en los campos de la literatura, el arte y la música.
La arquitectura
El estilo arquitectónico que caracteriza el período estudiado es el llamado Clasicismo Romántico, aparecido en Inglaterra y Francia desde mediados del siglo XVIII y que había sido presagiado en la obra de G.B. Piranesi.La pintura
En
contrapocisión a la pintura del siglo XVIII, respetuosa de los cánones
clásicos, la del siglo XIX baso la creación artística en el sentimiento
y exalto hasta el paroxismo la locura o la soledad. El amor, el oído y
la desespeación ocuparón un lugar preferente en el alma del pintor
romántico y, para remediar estos males, la muerte o el suicidio fueron a
menudo la única solución.
Los
artistas decimonónicos descubrieron, tal vez a causa de Goya, la
brutalidad de la guerra y sus terribles secuelas. La intensidad de la
acción y la violencia reemplazaron a la sobriedad y mesura que eran
propias del periodo precedente.
El
paisaje, al llegar el romanticismo, dejo de ser real y se lleno de
misterio. Frecuentemente se convirtió en escenario ideal para la
intervención de princesas encantadas e incluso del diablo y, ante estas
naturalezas omnipotentes, el hombre apareció estremecido e indefenso.
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ESCULTURA
El
corto periodo romántico en escultura responde a encargos oficiales para
embellecer edificios o erigir monumentos conmemorativos. A diferencia
de lo que sucede en pintura, se caracteriza por la falta de carácter y
la desorientación. Es una época de transición, que alterna elementos
clasicistas con otros criterios que desembocarán en un nuevo realismo.
Francia
Durante
el siglo XIX Paris, se convierte en la capital artística. En Francia
tienen gran protagonismo los salones de exposiciones porque en ellos se
mide el grado de aceptación de los artistas. Estos se esforzaban en
presentar obras de gran calidad que sorprenderán al público.
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